viernes, 22 de febrero de 2019

Libro de lectura 1º Trimestre

                              HISTORIA DE DOS CIUDADES

Capítulos VI - IV 
         
Lorry reconoce en este hombre a uno de sus antiguos clientes. Este último se encuentra demacrado y casi al borde de enloquecer. Afirma no recordar nada anterior a el tiempo que pasó en la celda aunque la presencia de su hija en parte lo calma y le llena de paz. Una vez que se finalizan los preparativos, los tres parten hacia Londres.

Después de un tiempo de su regreso a Londres, Jerry Cruncher, el mensajero de la Banca, es enviado a los juzgados para estar a disposición de Lorry. Lorry, el Doctor Manette y su hija participan como testigos en un juicio de alta traición a manos de un chico llamado Charles Darnay (acusado por su criado) debido a que se encontraron en el barco que los traía de regreso a Londres. 

Libro de lectura 1º Trimestre

                           HISTORIA DE DOS CIUDADES

Capítulos I-V  

En estos capítulos se presenta a Jarvis Lorry, Banquero de la Banca Tellsone, una gran potencia que posee sedes en Inglaterra y Francia. Lorry parte a París en lo que dice ser una viaje de negocios. A continuación se muestra a Lucie Manette, una joven que vivió creyendo que su padre había fallecido antes de su nacimiento pero que descubre la verdad a través de Lorry, quien la informa de que su padre fue preso durante muchos años y que su madre se lo había ocultado para evitar su sufrimiento. También le cuenta que se lo han encontrado vivo y que los espera refugiado en la casa de un antiguo criado. Después de esto salen por las calles de París donde, en una habitación oscura de una taberna donde hay un misterioso hombre de mayor edad.

martes, 12 de febrero de 2019

Libro de lectura 1º Trimestre

                              HISTORIA DE DOS CIUDADES

Autor: Charles Dickens           Título: Historia de dos Ciudades      Editorial: Albaminus.

Lugar de impresión: Reino Unido            Número de páginas: 481           Edición: 8ª 

Es una de las novelas históricas de Charles Dickens, se inicia con la fantasmagórica resurrección del doctor Manette, tras años de injusto encarcelamiento. Trastornado, irreconocible, su hija Lucie y un antiguo conocido lo llevan a Londres, donde poco a poco va recuperando el juicio y la salud. Pero Charles Darnay, el joven aristócrata francés expatriado que pretende a Lucie y que acabará casándose con ella, le devolverá a los antiguos horrores en un azaroso regreso a París que pondrá en peligro su vida y la de su familia.
El Londres pacífico pero grotesco del rey Jorge III y el París ensangrentado de la Revolución francesa son las dos ciudades sobre cuyo fondo se escribe esta inolvidable historia, donde el acento patético es genuino y la intriga siempre  apasionante. Violentas escenas de masas, turbios procesos, espías y conspiradores, héroes fracasados y héroes a su pesar, dobles identidades, culpas y expiaciones se mezclan en una  trama artística y perfecta, llena de sorpresas y magistralmente elaborada por Dickens en uno de sus mejores momentos creativos.

LAS COLONIAS DE LOS GRANDES IMPERIOS


·Los principales imperios coloniales fueron el británico y el francés, aunque otros países como Alemania, Bélgica o Italia también se apoderaron de territorios. Estados Unidos y Japón impulsaron también su expansión imperial·

El imperio británico:

Resultado de imagen de LAS COLONIAS DE LOS GRANDES IMPERIOSSus colonias estaban repartidas por todos los continentes, muchas localizadas en puntos estratégicos fundamentales (Gibraltar, Suez, Singapur, Hong Kong, colonias africanas, América, Europa...) que convertían a Gran Bretaña en dueña de las rutas marítimas mundiales.        



La India:

Fue la colonia principal a causa de su gran variedad de riquezas, como té, especias y algodón. Para asegurar la ruta hacia la India, los británicos Rusia: se hicieron con el control de Suez y Egipto, y para protegerla frente al avance ruso y francés conquistaron territorios en Asia. En África, Gran Bretaña avanzó desde el sur, desde su colonia de El Cabo, hacia el norte, intentando enlazar con Egipto mediante un corredor continuo vertical. Este inmenso imperio se completaba con la posesión de Canadá y de gran parte de Oceanía y de los archipiélagos del Pacífico.

El imperio francés:

Resultado de imagen de LAS COLONIAS DE LOS GRANDES IMPERIOSEl imperio francés constituyó el segundo imperio en importancia y dimensiones. En África, la expansión francesa comenzó en el litoral mediterráneo con la conquista de Argelia y Túnez y con el establecimiento de un protectorado en Marruecos; después obtuvo importantes territorios en el centro y el oeste del continente. En Asia, las grandes adquisiciones francesas se produjeron en Indochina.


Alemania e Italia:


Alemania e Italia se incorporaron tarde a la expansión imperialista, ya que hasta 1870 no habían logrado su propia unidad nacional. Ambos países consiguieron algunas colonias en África. También en África, el rey Leopoldo de Bélgica logró una colonia: el Congo.

Rusia:

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Rusia no conquistó territorios al otro lado del mar, sino en los límites de sus fronteras: incorporó Siberia, se extendió hasta el Himalaya y la India y llegó a territorio chino a mediados del siglo XIX.

martes, 5 de febrero de 2019

           

              ·Grandes potencias del Imperialismo·


Alemania:


El Imperio alemán fue la forma de Estado que existió en Alemania desde su unificación y la proclamación de Guillermo I como emperador, el 18 de enero de 1871, hasta 1918, cuando se convirtió en una república después de la derrota en la Primera Guerra Mundial y la abdicación de Guillermo II (9 de noviembre de 1918). El término de Deutsches Reich se mantuvo como nombre oficial de Alemania durante la República de Weimar y la mayor parte del período nazi hasta 1943, cuando fue cambiado a «Gran Imperio alemán».
Durante sus 47 años de existencia, el Imperio alemán surgió como una de las economías industriales más poderosas de la Tierra y una gran potencia, hasta que se derrumbó después de su derrota militar en la Primera Guerra Mundial y la Revolución de Noviembre.​ Los Estados fronterizos más importantes fueron el Imperio ruso en el este, Francia en el oeste y el Imperio austrohúngaro ubicado en el sur.

Rusia:


Imperio ruso es la denominación que se le da a Rusia entre 1721 y 1917. Abarcó grandes zonas de los continentes europeo, asiático y norteamericano, siendo el sistema político sucesor del Zarato ruso.​
En 1914, el Imperio ruso estaba dividido en 81 provincias y 20 regiones. Entre los vasallos y protectorados del imperio se incluían el Emirato de Bujará, el Kanato de Jiva y, tras 1914, Tuvá.
El Imperio ruso estaba gobernado por una monarquía hereditaria liderada por un rey autocrático desde la dinastía Románo. La religión oficial del imperio era el cristianismo ortodoxo, controlado por el monarca a través del Santísimo Sínodo Gobernante. Sus habitantes estaban divididos en estratos (clases) tales como nobleza, el clero, los comerciantes, los cosacos y los campesinos. Los nativos de Siberia y Asia Central fueron oficialmente registrados en el estrato extranjeros.
Su escudo de armas fue el gran escudo del Imperio ruso, y su himno «Dios salve al zar» 
Después de que la monarquía zarista fuese derrocada durante la Revolución de febrero en 1917, Rusia fue declarada República bajo el Gobierno provisional ruso

Francia:


Francia tuvo varias posesiones coloniales, en varias formas, desde comienzos del siglo XVII hasta los años 1960. En su punto más alto, entre 1919 y 1939, el segundo Imperio colonial francés se extendía por más de 12.898.000 km² de tierra. Incluyendo la Francia metropolitana, el área total de tierra bajo soberanía francesa alcanzaba 13.000.000 km² en los años veinte y treinta, lo cual es el 8,7 % del área terrestre del mundo.
Los remanentes de este gran imperio son cientos de islas y archipiélagos localizados en el Atlántico norte, el Caribe, el océano Índico, el Pacífico Sur, el Pacífico Norte y el océano Antártico, así como también un territorio continental en América del Sur, totalizando juntas 123.150 km², lo cual representa tan solo el 1 % del área del Imperio colonial francés anterior a 1939, con 2.543.000 personas viviendo en ellas en 2006. Todas estas gozan de representación política total a nivel nacional, así como también varían los grados de autonomía legislativa y algunas: Guyana Francesa, Guadalupe, Martinica, Mayotte, Reunión, San Martín, San Pedro y Miquelón y San Bartolomé forman parte de la región ultraperiférica de la Unión Europea y tienen como moneda el euro. Nueva Caledonia, la Polinesia francesa y Wallis y Futuna: están fuera de la Unión Europea y del euro. Estas usan como moneda el franco CFP.
La mayor parte del imperio estuvo controlado por las «Fuerzas Coloniales Francesas».

Reino Unido:


El Imperio británico comprendió los dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido entre los siglos XVI y XX, hasta el año 1949.
Durante las primeras décadas del siglo XX, el Imperio británico abarcaba una población de cerca de 458 millones de personas y unos 33, 700 000 km², lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de las tierras emergidas. Ello lo convierte en el primer imperio más extenso de la historia. La época culminante del imperio se produjo durante unos cien años (el llamado siglo imperial, desarrollado entre 1815 y 1914), a través de una serie de fases de expansión relacionadas con el comercio, la colonización y la conquista, además de períodos de actividad diplomática. Probablemente, el punto de máximo auge imperial puede situarse entre 1880 y 1930.
El Imperio incrementó la tecnología, el comercio, el idioma y el gobierno británico por todo el mundo. La hegemonía imperial contribuyó al espectacular crecimiento económico del Reino Unido y al peso de sus intereses en el escenario mundial. En la actualidad, países que son potencias mundiales o de una gran importancia política mundial, que son herederos del Imperio británico son: Australia, Canadá, Estados Unidos, India y Nueva Zelanda.

Imperio Otomano:


El Imperio otomano comenzó siendo uno más de los pequeños estados turcos que surgieron en Asia Menor durante la decadencia del Imperio selyúcida. Los turcos otomanos fueron controlando paulatinamente a los demás estados turcos, sobrevivieron a las invasiones mongolas y bajo el reinado de Mehmed II (1451-1481) acabaron con lo que quedaba del Imperio bizantino. La primera fase de la expansión otomana tuvo lugar bajo el gobierno de Osmán I (1288-1326) y siguió en los reinados de Orkhan, Murad I y Beyazid I, a expensas de los territorios del Imperio bizantino, Bulgaria y Serbia. Bursa cayó bajo su dominio en 1326 y Adrianópolis en 1361. Las victorias otomanas en los Balcanes alertaron a Europa occidental sobre el peligro que este Imperio representaba y fueron el motivo central de la organización de la Cruzada de Segismundo de Hungría. El sitio que pusieron los otomanos a Constantinopla fue roto gracias a Tamerlán, caudillo de los mongoles, quien tomó prisionero a Beyazid en 1402, pero el control mongol sobre los otomanos duró muy poco. Finalmente, el Imperio otomano logró conquistar Constantinopla en 1453.
En su máximo esplendor, entre los siglos XVI y XVII se expandía por tres continentes, ya que controlaba una vasta parte del Sureste europeo, el Medio Oriente y el norte de África: limitaba al oeste con el Sultanato de Marruecos, al este con Persia y el mar Caspio, al norte con el Zarato ruso, Dominios de los Habsburgo (Hungría y Sacro Imperio Romano Germánico) y la Mancomunidad de Polonia-Lituania, y al sur con Sudán, Eritrea, Somalia y el Emirato de Diriyah (Arabia). El Imperio otomano poseía 29 provincias, además de Moldavia, Transilvania, Valaquia y Crimea, que eran Estados vasallos.

Imperio Austro-Húngaro:


El Imperio austrohúngaro, o simplemente Austria-Hungría (oficialmente, Monarquía austrohúngara; en alemán: Österreichisch-Ungarische Monarchie; en húngaro: Osztrák-Magyar Monarchia), fue un Estado europeo creado en 1867 tras el llamado Compromiso austrohúngaro, el cual equiparó el estatus del Reino de Hungría con el del Imperio austríaco, ambos bajo el mismo monarca. El nombre oficial completo del Imperio se traduce como: “Los Reinos y Territorios representados en el Consejo Imperial y los Territorios de la Santa Corona Húngara de San Esteban”.​
El soberano gobernaba como emperador de Austria sobre el oeste y el norte, la llamada Cisleitania, y como rey de Hungría sobre la Transleitania. Aunque suele describirse en la actualidad como un solo Estado, cada uno de estos territorios fue administrado independientemente, con sus propios parlamentos, gobiernos y tribunales, e incluso no existió una ciudadanía común. Solo en temas de defensa nacional y relaciones exteriores, el Imperio austrohúngaro actuó como una entidad unificada.
En 1914, en vísperas de la Primera Guerra Mundial que lo llevaría a su disolución, el Imperio tenía una extensión de 675 936 km² y una población de 52 800 000 habitantes, siendo considerado una de las grandes potencias europeas y mundiales,​ destacando especialmente por su prestigio cultural, artístico e intelectual.
Tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, surgieron diversos movimientos nacionales que promovieron la disolución del Imperio y la formación de Estados-nación que acogieran a los diversos grupos étnicos existentes en la región. En 1919, Austria-Hungría fue disuelta, dando origen a los estados de Austria alemana, el Reino de Hungría,Checoslovaquia, el Estado libre de Fiume y el Estado de los Eslovenos, Croatas y Serbios, mientras algunas regiones fueron anexadas por los países vecinos.

Italia:


Tras la conquista de Etiopía (1936), se acuñó la expresión Imperio colonial italiano, o simplemente Imperio italiano, que abarcó las posesiones coloniales controladas por la Italia fascista en África y en el Egeo. A diferencia de las otras potencias europeas, Italiano estableció posesiones coloniales en Asia —si se excluye la concesión de la ciudad china de Tianjin ni en América. El imperio tuvo su máxima expansión en los primeros meses de 1940.
A través de la presencia de estudiosos y comerciantes italianos que frecuentaban la zona desde los años 1860, Italia buscó dividir a los dos Negus con el fin de penetrar, primero políticamente y luego militarmente, al interior del altiplano etíope. Entre los proyectos se encontraba la ocupación de la ciudad santa de Harar, la adquisición de Zeila por los británicos y la renta del puerto de Kismaayo, situado en la desembocadura del río Juba, en Somalia. Los tres proyectos no concluyeron positivamente, en particular la toma de la ciudad de Harar por parte de las fuerzas etíopes de Menelik impidió la ejecución de una operación similar por parte de las fuerzas italianas.

En 1889, Italia realiza con una serie de acuerdos por medio del cónsul italiano de Adén con los respectivos Sultanes, los protectorados sobre el Sultanato de Obbia y sobre el de Migiurtina. En 1892, el Sultán de Zanzíbar concedió en arrendamiento los puertos del Benadir (entre los que estaban Mogadiscio y Brava) a la sociedad mercantil Filonardi. El Benadir, aunque estaba administrado por una sociedad privada, fue explotado por el Reino de Italia como base de partida para las expediciones de exploración con dirección a las desembocaduras de los ríos Juba y Omo y para la asunción de un protectorado sobre la ciudad de Lugh.